:)

:)

martes, 4 de febrero de 2014

POR UN PUÑADO DE CEREZAS



En tiempos remotos iban un padre y un hijo por un camino tragando polvo de los caballos y con un sol achicharrante y abrasador y de repente ... El padre vio una herradura de caballo al borde del camino. El padre mandó a su hijo a coger la herradura, para poder venderla cuando llegaran al pueblo . Su hijo se negó porque decía que una herradura vieja y oxidada como esa no valdría nada y con el calor que hacia no le apetecía agacharse . Como el hijo no quería pues lo hizo  el padre . Cuando llegaron al pueblo el padre le vendió la vieja herradura a un herrero . Con el dinero que sacó se compró una bolsita de cerezas y siguieron su camino. El hijo tenía vergüenza a pedirle una cereza al padre así que se calló y no dijo nada. El padre iba tirando al suelo una cereza y otra y el hijo las iba recogiendo . Cuando el padre terminó la bolsa le dijo a su hijo que no se había agachado una vez a por la herradura porque estaba cansado y se había agachado a recoger las cerezas más de 20 veces .

Este cuento me ha gustado mucho porque el padre fue muy bueno compartiendo las cerezas a pesar de que el hijo no se agachó por la herradura que habría sido solo una vez . También me ha enseñado que a veces nos puede la pereza y que somos un poco gandules . Este cuento nos lo podemos aplicar a nuestra vida en  cotidiana porque seguramente nos haya ocurrido en varias ocasiones

No hay comentarios:

Publicar un comentario